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Crítica de 'Two Lovers'



    Pasa algo extraño cuando las palabras blancas sobre fondo negro comienzan a pasar por la pantalla. La música débil que acompaña tu viaje durante toda la película de golpe tiene un papel protagonista. No sé si es la música, esa última mirada de Phoenix que se queda incrustada en la retina o el fondo negro, pero fue en ese momento en el que me di cuenta de que estaba ante una gran película.

    Two Lovers es una película sincera, pura y verdadera. Es una película que llega a cara descubierta, desembarazándose de los tópicos aplicables a un género que en los últimos años parece haberse quedado obsoleto, para aportar una historia rica, relevante y con muchos matices.

    Se trata de una película compleja, que trata la historia de un personaje complejo. No es una historia del personaje, ni una historia de la familia, ni de ninguna de sus dos amantes. Es una historia del personaje en su familia y su relación con dos amantes, que no es lo mismo. Una historia que picotea en una gran cantidad de tramas y subtramas, todas ellas de una altísima complejidad y madurez, para mostrarnos una visión global aunque no completa. Es en esos huecos que deja por rellenar en los que se esconde gran parte de su magia, pues genera claroscuros en una instantánea que consiguen captar la verdadera naturaleza de los sentimientos de los personajes.

    No hace falta hablar de las grandes interpretaciones que la conforman, destacando por encima de todos a un Joaquin Phoenix maravilloso, interpretando un papel quizá menos extremo comparado con otros que ha llegado a encarnar, pero puede que incluso más rico en contrastes. Tampoco hace falta hablar de una fotografía magnífica, coherente con lo que quiere narrar, que consigue colocar la mirada en los puntos perfectos para llegar a realizar una película realmente bonita

    Pero sin duda, y dejando a un lado todo lo que acabo de escribir, esta película trata de los sentimientos. Los de los personajes y los del espectador. Se introduce dentro de ti, te mueve, conduciéndote por lugares cálidos y fríos. Te enseña lo que quieres ver y a la vez hace que te revuelvas en la butaca.

Nota:8/10

Pedro
Ramírez
Pe

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