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Están acompañados: crítica de 'Together' de Lorenza Mazzetti.


Este documental de apenas 52 minutos de duración trata del día a día de dos sordomudos viviendo cerca del puerto, en una de las zonas más pobres de la ciudad. Forma parte del movimiento Free Cinema inglés y esto significa, en esta obra en concreto, innovación técnica. Sin embargo, resulta complicado clasificar esta pieza como un documental puro, pues muchas de las escenas están claramente recreadas y dramatizadas y el final del documental nos hace dudar de la veracidad de los hechos narrados por Mazzetti.


El centro del documental es, en realidad, la visión de la gente. Los autores nos presentan a dos personajes completamente aislados del mundo, que sólo se tienen el uno al otro: de ahí el título. Comienza con una escena en la que estos dos personajes caminan por una de las calles más cercanas al puerto y un gran grupo de niños les rodean burlándose de ellos. Esto ilustra desde el primer momento del filme, esta idea general.

Otro de los momentos que la refuerzan es una escena en un bar local que está especialmente bien rodada. En ella uno de los dos protagonistas está sentado tranquilamente cuando un viejo borracho trata de iniciar una conversación con él. El sonido de toda la escena sólo muestra el griterío incomprensible y agobiante del bar, de forma que ni siquiera el espectador es capaz de entender lo que dice el viejo, pues su voz no aparece. La escena está estructurada a través de un plano-contraplano de la cara del borracho despreocupado y el contraste con la confusión del sordomudo. Esto también está muy astutamente representado a través de dos elementos extradiegéticos que expresan la confusión del protagonista. Estos son el sonido y el enfoque. Cuando en la imagen aparece el sordomudo, el ruido del bar desaparece, lo cual nos da a entender lo que este personaje oye, que es un atronador silencio. Además, cuando esto ocurre, la cara de este aparece desenfocada, de la misma forma que lo está su mente confundida.

Una cuestión que profundiza en la relación que tienen estos marginados con la sociedad es la atracción que sienten hacia las mujeres. A lo largo de varias escenas el deseo sexual se representa de manera paulatina. Desde sutiles miradas a través del espejo hacia la hija de los propietarios de la casa en la que viven, hasta llegar a tener relaciones con una mujer que uno de ellos conoce en un bar.

Esto nos demuestra que, por mucho que viven en su mundo particular de signos y bromas que sólo ellos entienden, sí anhelan vivir en sociedad, ya sea para hacer amigos o encontrar amor. Lo que al principio podría pasar como un retrato superficial de unos sordomudos que se aíslan por su discapacidad auditiva del resto del mundo, se vuelve más complejo al añadir estas motivaciones por su parte. 

Estas se ven a su vez coartadas por los complejos que tienen debido a ser los raritos del lugar (a ojos del resto), y por las constantes vejaciones que sufren por parte de los niños de la zona.


Al final del filme, los niños que han acompañado a los protagonistas durante la historia acaban empujando a uno de ellos al río, cuando el otro se había ido un momento. El que ha caído chapotea y trata de gritar, pero el otro no puede oírle. Se queda entonces en el lugar donde ha visto a su único amigo por última vez, sólo y sin ningún tipo de explicación. 

Se trata de un final abierto pues no se sabe si la historia acaba ahí y el hombre muere finalmente ahogado o si consigue salir. Si muere, tampoco sabemos si su amigo se llegará a enterar de su fallecimiento o si se pasará el resto de su vida pensando que su amigo le ha abandonado. 

Lo que sí podemos extraer de la película es una reflexión acerca de la intolerancia hacia el diferente. Es fruto de esta la presunta muerte del protagonista y la soledad del otro. La película reflexiona sobre lo arraigada que esta intolerancia está en nuestra sociedad, pues hasta unos inocentes niños son capaces de llevar a cabo el acto más atroz por ella. Los niños se toman como un juego todas las burlas y las bromas que les gastan a los sordomudos sin ver ningún problema en ello. Sin reflexionar acerca de las consecuencias.

Quizá la directora trata de decirnos que toda la sociedad hace lo mismo cuando se burla del débil y del diferente. No piensa en las consecuencias que tienen sus acciones pues no considera ni siquiera a estos que son objetos de burla como iguales. La directora hace empatizar con el personaje como ejemplo de todos los marginados sociales que viven aislados y que son maltratados por la sociedad. 

Los protagonistas de esta película estaban juntos, al menos hasta que la maquinaria social los ha acabado de separar definitivamente. Ha convertido a uno en un cadáver y al otro le ha arrebatado su único contacto humano. Lo ha convertido en el sujeto aislado perfecto.

El mérito de la película reside en transmitir esto sin artificios innecesarios y sin sensiblerías. El espectador llega a la conclusión por sí mismo, tras una narración más bien sobria. Creo que esta es la mejor manera de transmitir una reflexión tan profunda.


7/10


Pedro

Ramírez

Pe.



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